Este año no he prestado casi ninguna atención a las tendencias que nos deparará el invierno, tampoco lo hice con las de verano, es una cura anti fashionista que suelo hacer de tanto en cuando, no por nada en especial, simplemente me resulta liberador, porque así, cuando regresó de nuevo a mi encuentro con esta supuesta pasión que es el mundo de la moda, me encuentro con cosas que me sorprenden más y mejor.
Eso mismo es lo que me ha sucedido con los vestidos acuáticos de Christopher Kane.
Prada nos transforma en pececillos.
Y Jacobs también hace uso de las escamas.
No sé a vosotras pero a mí no me ha dejado indiferente.